Atkinson.- Sin comida suficiente, ni energía eléctrica desde hace ocho días y con sus casas afectadas por las inundaciones causadas por el huracán Florence se encuentra un grupo de familias hispanas del poblado Atkinson localizado en el condado Pender, que junto a otros 17 condados de Carolina del Norte fue declarado por el gobernador Roy Cooper como zona de desastre mayor.

Hasta ese lugar llegaron la noche del miércoles 19, miembros del grupo de base Sí a las Licencias para llevar alimentos no perecederos, agua, panes, un generador eléctrico, formulas de bebé, pañales, entre otros productos que fueron donados por miembros de la comunidad para, de alguna manera, aliviar en algo a las familias afectadas.

"Mi bebé llora de hambre. Se me acabó la formula y no hay tiendas abiertas que las vendan. Los alimentos que teníamos se echaron a perder porque no tenemos luz. Intentamos prender leña pero estaba mojada", contó a Qué Pasa Celia López originaria de Oaxaca y madre de seis hijos, dos adolescentes y cuatro de ellos de 6, 4 y 2 años y un bebé de un mes y medio. "No han dicho que la luz puede tardar entre unos siete u ocho días".

De acuerdo con el último reporte de Duke Energy en el condado Pender hay casi 5,000 clientes sin energía eléctrica y estiman la reparación de las líneas podría culminar para el próximo 26 de septiembre.

AUN CORREN PELIGRO
El poblado Atkinson se encuentra entre los ríos Black River y Cape Fair, que la madrugada del sábado se desbordaron llenando por completo la carretera 53 y las calles aledañas. El agua inundó muchas casas e impidió que los pobladores pudieran evacuar. 


En el recorrido, donde también participó Qué Pasa, se pudo observar árboles caídos, algunos autos atrapados entre arbustos y parte de la NC 53 se bloqueada.

"El agua se metió a mi casa y el aire levantó y se llevó la lamina del techo", contó el mexicano Gilberto López quien dijo que él y su esposa y sus dos hijos pequeños no evacuaron porque confiaron que el huracán Florence no les afectaría tanto. "Con Matthew no sufrimos casi nada de inundaciones. Cuando vimos que el agua comenzó a subir nos arrepentimos, pero ya era demasiado tarde".

Ante la humedad que hay dentro de sus viviendas muchos vecinos han optado por dormir con las puertas y ventanas abiertas pese al temor de los robos que han comenzado a producirse, según indicaron.

"Hay quienes se han llevado gasolina o balones de gas de las casas de los vecinos. Mi puerta se dañó con la lluvia y no cierra y tengo niños que me da miedo que les pase algo", dijo Celia López.

De acuerdo con Angélica González, otra residente afectada por la inundaciones, la ayuda no ha llegado aún de parte de las autoridades.

"Como el pueblo es chiquito, pero además las carreteras apenas se han abierto debido a que estaban llenas de agua, la ayuda no ha llegado". 


González vive con sus esposo, dos pequeños hijos y su suegro quien se encuentra delicado de salud debido a la diabetes.

SEGUIRAN DANDO AYUDA
La organización de base Sí a las Licencias hizo un llamado a la comunidad para seguir apoyando a las familias de las zonas afectadas al indicar que llevarán más donaciones en el transcurso de los días.

"Hay personas que lo han perdido todo, que no han trabajado ocho días y que no tienen dinero suficiente y no tienen para comer y tienen niños chiquitos. Es recomendable que la gente que tiene un poco para ayudar o no les pasó nada puedan aportar con un granito de arena", indicó Vásquez quien agradeció las donaciones recibidas.

La próxima visita a los lugares golpeados por Florence se realizará el sábado 22 de septiembre. 

"Se necesitan cosas de aseo personal, toallas húmedas, toallas femeninas, pañales, leche infantil, jabón, desinfectantes de mano, comida enlatada y mucha agua".

Las oficinas de Qué Pasa en Raleigh servirán de centro de acopio y las personas que deseen ayudar pueden traer sus donativos al 4600 New Bern Avenue, Suite 101, de lunes a viernes de 9:30 am a 5:00 pm. 

EL EFECTO DE FLORENCE
El huracán Florence, que tocó tierra el pasado viernes 14 de septiembre, ha dejado hasta el momento 27 muertos, miles de damnificados y daños en viviendas, negocios y carreteras.

De acuerdo con las autoridades los ríos que están en peligro de desbordarse incluyen Lumber, Cape Fear, Neuse y Trent. Por lo tanto, los residentes de los condados de Bladen, Craven, Cumberland, Greene, Robeson, Columbus, Wayne, Lenoir, Pender, Duplin y Jones deben permanecer alertas y atentos.

Además, las carreteras en muchas áreas del sudeste de Carolina del Norte siguen siendo peligrosas, y los automovilistas pueden encontrar aún caminos intransitables. Para saber las condiciones de las vías ingrese a DriveNC.gov del Departamento de Transporte de Carolina del Norte.

En las zonas más afectadas de Wilmington, Fayetteville y Lumberton, numerosas carreteras y rutas secundarias permanecen cerradas debido a inundaciones y escombros. 

Gran parte de la Interestatal 95 entre Lumberton y Benson está cerrada, al igual que secciones de la Interestatal 40 en los condados de Duplin y Pender al norte de Wilmington. En todo el estado, el número de cierres de carreteras suma unas 800 frente a las casi 1,600 que estaban intransitables el lunes.

Fotos Karina Neyra - Qué Pasa

LEER MAS SOBRE HURACAN FLORENCE