Kabul, 20 ene (EFE).- El actual presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, el jefe del Gobierno, Abdullah Abdullah y otros pesos pesados de la política afgana presentaron hoy sus candidaturas a las elecciones presidenciales de julio, en el último día fijado por la Comisión Electoral Independiente afgana (IEC) para hacerlo.

Las oficinas de la Comisión en Kabul presenciaron hoy el ir y venir de políticos y sus seguidores, así como de periodistas ansiosos por captar los discursos de los candidatos tras el trámite.

El plazo para presentar candidaturas a las elecciones del 20 de julio, inicialmente programadas en abril pero retrasadas por deficiencias administrativas y técnicas, finaliza oficialmente a medianoche y por el momento la IEC ha registrado a 16 aspirantes, que deberán recibir el visto bueno del organismo independiente.

Ghani, que apuró hasta la tarde del domingo para personarse en la Comisión Electoral, aspira a gobernar por segunda vez consecutiva el país, sumido en un sangriento conflicto desde la invasión estadounidense de 2001 y la caída del régimen taliban.

El presidente afgano, bajo cuyo mandato se celebró en 2018 el primer alto el fuego en el país en 17 años de conflicto, se comprometió a completar sus proyectos de lucha contra la corrupción y a trabajar por la paz en la nación asiática.

Aunque en los últimos meses los talibanes han mantenido varias reuniones con representantes de Estados Unidos, los insurgentes se han negado hasta ahora a hablar directamente con el Gobierno afgano y en Kabul preocupa que se repita la alta tasa de violencia y las acusaciones de fraude los comicios parlamentarios celebrados el pasado octubre.

"Vamos a traer seguridad y paz, pero no vamos a mendigar la paz a nadie", afirmó Ghani, antes de señalar que los afganos desean una "paz duradera".

El actual socio del presidente y jefe del Gobierno, Abdullah, presentó también hoy su candidatura al frente de su partido, Jamiat-e-Islami, cerrando así las especulaciones sobre una posible alianza con Ghani.

Candidato a la presidencia afgana en dos ocasiones, impugnó los comicios de 2014 y no reconoció a Ghani como ganador hasta que ambos alcanzaron un acuerdo para repartirse el poder ejecutivo y formar un Gobierno de unidad nacional.

El jefe del Gobierno prometió trabajar por la unidad nacional, en declaraciones a los medios locales tras presentar su candidatura.

De etnia tayica, la segunda más numerosa en Afganistán por detrás de la pastún, a la que pertenecen el presidente y los talibanes, Abdullah escogió como posibles candidatos a la vicepresidencia a dos acompañantes de las minorías uzbeca y hazara.

También presentó como uno de sus puntos fuertes su intención de traer un balance étnico al Ejecutivo de ser elegido.

Otro candidato de peso es Mohammad Hanif Atmar, un antiguo asesor de Seguridad Nacional de Ghani que presentó su dimisión en agosto de 2018 debido a diferencias con el actual presidente.

Atmar, perteneciente a la etnia pastún, cuenta con el apoyo de la mayoría de altos cargos del gobierno de Hamid Karzai entre 2002 hasta 2014.

Junto a sus apoyos políticos, su experiencia de gestión de las fuerzas de seguridad afganas contra los talibanes y durante las varias crisis políticas desatadas durante la legislatura le han ganado el respeto del público.

En la lista de candidatos también destaca el antiguo señor de la guerra y líder del otrora el segundo grupo insurgente de Afganistán, Hezb-e-Islami (Partido Islámico), Gulbuddin Hekmatyar.

El candidato, apodado "el carnicero de Kabul, fue de los señores de la guerra que luchó contra los soviéticos (1979-1989) y fue primer ministro en dos ocasiones durante la década de los 90.

Afirmó ayer que busca un "gran cambio" en el sistema político afgano "pero con una base legal y siguiendo la legislación", cumpliendo así la promesa de presentarse a los comicios que hizo al regresar al país en 2016, tras haber pasado años en paradero desconocido, después de que su grupo insurgente firmase un acuerdo de paz con el Gobierno afgano.

Estaba previsto que las presidenciales se celebrasen seis meses después de las elecciones parlamentarias, que fueron postergadas en varias ocasiones y finalmente se celebraron el pasado octubre, después de tres años de retrasos.

Por Baber Khan Sahel