Nueva Delhi, 19 jun (EFE)-. El primer ministro indio, Narendra Modi, lanzó este viernes a China un mensaje de doble filo: por una parte, anunció que daba "vía libre" al Ejército para defender la soberanía de su país y, por otra, impulsó el diálogo para poner fin a la peor crisis diplomática entre los dos gigantes asiáticos en 45 años, tras el choque fronterizo que dejó 20 soldados indios muertos.

"Si bien, por un lado, hemos dado a los militares vía libre para tomar las medidas adecuadas, por otro hemos dejado también todo categóricamente claro a China a través de canales diplomáticos (...) La India quiere paz y amistad, pero defender nuestra soberanía es nuestra prioridad", dijo Modi en una intervención televisada, tras una reunión de emergencia con los principales partidos políticos del país para tratar la crisis con Pekín.

"Os aseguro que nuestro Ejército no dejará piedra sin remover para proteger a la nación, ya sea en despliegue, ataque o contraataque. Nuestro Ejército está haciendo lo que sea por tierra, mar y aire", subrayó Modi, alimentando el fervor nacionalista desde el choque ocurrido la noche del lunes en el Himalaya occidental.

Durante la reunión de hoy, una parte de los partidos mostró su apoyo a Modi, aunque algunos pidieron una respuesta contundente por la muerte de veinte soldados indios, a lo que se sumó este viernes la confirmación de que otros 76 militares resultaron heridos.

PRESIONES DE LA OPOSICIÓN

La presidenta del histórico Partido del Congreso, Sonia Gandhi, que lidera la oposición, pidió explicaciones, al inicio del encuentro, en relación a la supuesta incursión china en la región india de Ladakh, donde se produjo el enfrentamiento.

"Tenemos algunas preguntas específicas para el Gobierno: ¿En qué fecha entraron las tropas chinas en nuestro territorio en Ladakh? ¿Cuándo se enteró el Gobierno de las transgresiones chinas a nuestro territorio?", preguntó Gandhi.

Las exigencias de las formaciones, especialmente del Partido del Congreso, han venido creciendo desde el pasado 5 de mayo, cuando el Ejército indio informó de una breve, pero "agresiva" escaramuza con las tropas chinas en el estado norteño de Sikkim.

Esta semana, pese a que los mandos de ambas naciones se encontraban en un proceso de desescalada militar tras esa escaramuza, se produjo el nuevo incidente en Ladakh, en el que un choque cuerpo a cuerpo sin armas de fuego desencadenó la crisis.

A las víctimas indias se sumaron, según el Gobierno indio, bajas en el bando chino, algo que Pekín no ha confirmado.

Hasta el momento, ambas naciones han acordado implementar el acuerdo de desescalada firmado el 6 de junio entre los mandos militares, después de la escaramuza de mayo.

"¿Qué sigue?", preguntó Gandhi, quien dijo que al igual que toda la nación espera que se asegure que la demarcación de la línea divisoria se mantenga como estaba antes de la crisis y que China "nunca volverá a alterar su posición original".

De acuerdo con la versión del Gobierno indio, China rompió "unilateralmente el statu quo" en la Línea de Control Actual (LAC, frontera de facto), mientras que Pekín afirmó que los soldados indios se internaron de forma ilegal en su territorio.

VARIOS FRENTES

Al tiempo que Nueva Delhi y Pekín intentan apaciguar la tensión tanto en el lugar del enfrentamiento como a lo largo de los casi 4.000 kilómetros de frontera compartida, la India prosigue su ofensiva antiinsurgente en otros territorios en disputa.

Este viernes, en la militarizada región de Cachemira, que Nueva Delhi se disputa con Pakistán desde la partición del subcontinente indio en 1947, las fuerzas indias anunciaron la muerte de ocho insurgentes como parte de sus operaciones en el territorio.

Según el recuento policial, 75 insurgentes han muerto a manos de las fuerzas de seguridad desde marzo.

La inestabilidad en la región continúa además desde el pasado 5 de agosto, cuando el Gobierno de Modi decidió unilateralmente retirar el estatus especial al entonces estado de Jammu y Cachemira y dividirlo en dos, creando el territorio de Ladakh.

La crisis con China ha supuesto ahora que se refuerce la presencia militar en la región.

Al menos seis habitantes de Sonamarg, un complejo turístico en la carretera a Ladakh, declararon hoy a Efe que han visto un número inusual de vehículos del Ejército que se dirigen a un paso montañoso que separa el valle de Cachemira de la región de Ladakh.

"Hemos podido ver en los últimos tres días largas colas de vehículos del Ejército moviéndose hacia Ladakh", afirmó Fayaz, uno de los residentes.

Indira Guerrero

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