México, 14 oct (EFE).- El Gobierno de México trató este lunes de presentar sus magros resultados en materia de seguridad bajo una luz positiva al destacar que hubo una "inflexión en la tendencia de crecimiento" en las cifras de homicidio, el mismo día en que al menos 14 policías fueron asesinados en el estado de Michoacán.

El secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, encabezó la presentación de un informe de la situación de seguridad en el país durante la conferencia de prensa matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Declaró que el actual Gobierno, iniciado en diciembre de 2018, heredó una "crisis de inseguridad crónica, que marcó sexenios e incluso décadas".

Para enfrentar esta realidad, dijo, la nueva Administración tiene un plan de seguridad basado en la premisa fundamental de que "la paz y la tranquilidad son fruto de la justicia".

Precisó que la estrategia incluye elementos como "la sustitución del uso de la fuerza policial y militar por una visión amplia que vaya a las causas profundas de la inseguridad", así como el respeto irrestricto a los derechos humanos.

También destacó la creación de la Guardia Nacional como un nuevo cuerpo de seguridad militar-policial, y "una política social sin precedente" que incluye programas de empleo y una estrategia contra las adicciones que aborda el problema de las drogas desde la salud.

El ministro aseguró que con esta y otras acciones se han logrado ya los primeros resultados, entre los que destacó la reducción en la tasa de incremento anual del número de asesinatos de 0,8 % en 2018 a 0,4 % de diciembre a la fecha.

"Hemos logrado un punto de inflexión en la tendencia de crecimiento de los homicidios dolosos", manifestó Durazo.

Por su parte, el secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, aseguró que se ha reducido el número de fallecidos y aumentado el de detenidos en los enfrentamientos de delincuentes con el Ejército.

Refirió que de 2006 a septiembre de 2019 se cuentan 5.396 agresores fallecidos, 747 heridos, 4.266 detenidos y 5.083 agresiones a las fuerzas federales, con 721 de sus elementos muertos.

En lo que va de año, hasta septiembre, van 123 agresores fallecidos, frente a 11 de las fuerzas de seguridad, dijo, y añadió que el índice de letalidad en lo que va de año es -88, en contraste con 2018, cuando fue de 37.

Explicó que para obtener este índice "se toma la base de agresores fallecidos y se restan los heridos y los detenidos", y aseguró que también aquí hay "un punto de inflexión".

El presidente López Obrador destacó que el problema de la inseguridad "es nuestra principal preocupación y ocupación".

Sostuvo que al poner en el centro el respeto a los derechos humanos y el uso moderado de la fuerza, "se va avanzado sin guerra, sin exterminios, sin razias y sin masacres".

ATAQUE A POLICÍAS EN MICHOACÁN

Frente al cariz positivo que le quiso dar el Gobierno a la problemática, el académico Juan Carlos Montero, experto en temas de seguridad, señaló a Efe que la cifra de homicidios sigue creciendo, si bien a un ritmo más lento.

"Acabamos de ver algunos de los días más sangrientos en lo que va del Gobierno de López Obrador. Agreguémosle lo que acaba de pasar en Michoacán con los policías emboscados", dijo en referencia al asesinato de 14 agentes en ese estado perpetrado este lunes por el poderoso cartel Jalisco Nueva Generación.

Montero, profesor de la Escuela de Gobierno y Ciencias Sociales del Tecnológico de Monterrey, señaló que pese a los discursos oficiales "realmente no se ve una estrategia clara de seguridad; se ve una estrategia de desarrollo social, quizá de prevención, pero no de contención de la emergencia que estamos viviendo".

El experto consideró que lo que se requiere para frenar la ola de violencia es fortalecer las Policías municipales y estatales, y que "los gobernadores y presidentes municipales asuman su responsabilidad, que no se escuden en que todo es responsabilidad del Gobierno federal".

"Porque el Gobierno federal no puede con todo. Vemos que la Guardia Nacional está más dedicada a los temas migratorios que a los de seguridad", expuso.

Puso como ejemplo lo ocurrido en Michoacán, que fue un ataque contra una corporación de seguridad estatal. "El estado tendría que tener la capacidad y la responsabilidad de poder enfrentarlo, y no lo estamos viendo", enfatizó.

El catedrático estimó que es difícil que los mexicanos acepten un discurso de "uso legítimo de la fuerza" por parte del Gobierno "porque nos han acostumbrado a las masacres, a la letalidad, a que cada vez que hay enfrentamientos con el Ejército o la Marina siempre hay puros muertos, nunca detenidos, o muy pocos".

"Vivimos en una sociedad muy desconfiada y desafortunadamente ante esa desconfianza el Gobierno federal no está queriendo dar el paso al uso legítimo de la fuerza, y cuando veamos que el Ejército mata a alguien asumimos que están otra vez abusando, violando los derechos humanos", acotó.

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