México, 8 oct (EFE).- El rescate financiero a la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), que contempla la inyección de 456.000 millones de pesos (unos 23.499 millones de dólares) entre 2019 y 2022, debe ir acompañado de ajustes estructurales, destacó este martes el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

En un análisis dado a conocer este día, el IMCO aseveró que la petrolera se encuentra en "quiebra técnica" ya que a lo largo de la última década "no ha sido capaz de generar los recursos suficientes para financiar su gasto operativo y de inversión".

Ni tampoco ha podido hacer frente al costo financiero de su deuda y a sus obligaciones fiscales.

Cada año, desde 2009, sus gastos han sido mayores a sus ingresos, por lo que se ha visto obligado a contratar más deuda.

De esta manera, según el IMCO, sus obligaciones financieras crecieron un 113 % en términos reales al pasar de 631.850 millones de pesos (32.230 millones de dólares) al cierre de 2009 a 2 billones de pesos (102.249 millones de dólares) al 30 de junio de 2019.

Además, se apuntó que la extracción de crudo, "su negocio más rentable", va en declive desde hace más de 10 años.

En el análisis se señaló que las recientes decisiones de reducción y cambio en la perspectiva de la calificación crediticia de Pemex, por parte de distintas agencias calificadoras, "evidencian la gravedad de la situación a la que se enfrenta".

"Pemex puede convertirse en el emisor corporativo de bonos basura o sin grado de inversión más grande del mundo", advirtió.

Ante este escenario, y como parte de la estrategia de rescate del sector energético, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció una serie de medidas orientadas a recuperar la capacidad productiva y a revertir el deterioro financiero de Pemex.

El mandatario ha propuesto que entre 2019 y 2022 el Gobierno mexicano incremente el flujo de efectivo de la empresa en 455.887 millones de pesos (unos 23.499 millones de dólares) mediante cuatro mecanismos principales: aportaciones de capital, apoyos fiscales, prepago de pagarés y apoyo en la estrategia de combate al robo de combustible.

El organismo consideró que "sí vale la pena" que los mexicanos rescaten Pemex, esto "por las implicaciones sistémicas que tendría su quiebra sobre la economía y las finanzas públicas del país".

Recordó que tan sólo en 2018 Pemex pagó impuestos directos e indirectos, derechos y aprovechamientos al Gobierno mexicano por un total de 932.825 millones de pesos (unos 47.582 millones de dólares).

Pero estos apoyos financieros planteados por el actual Gobierno mexicano "tienen que estar acompañados de cambios sustanciales en la operación y gestión de la empresa productiva del Estado" para evitar "inyectarle recursos a un barril sin fondo".

El IMCO consideró que el nuevo Plan de Negocios de Pemex utiliza "supuestos optimistas" y se perfila como "el paquete de ayuda más ambicioso de la última década".

Sin embargo, existen omisiones importantes "ya que no se atienden realmente las deficiencias estructurales de la empresa", ni tiene tampoco el alcance suficiente "para modificar la trayectoria de deterioro financiero y operativo" de Pemex.

Ante ello, López Obrador "tiene el capital político para exigir corresponsabilidad y compromisos por parte de Petróleos Mexicanos que en el pasado hubieran sido impensables".

El organismo propuso una serie de ajustes que requiere la petrolera mexicana para que la inversión pública sea productiva.

El primero, reformar su gobierno corporativo para que su consejo de administración cuente con perfiles profesionales, independientes y sin conflicto de interés.

El segundo, que el Consejo de Administración de Pemex funcione como el de cualquier otra empresa pública al separar los objetivos políticos del país de las necesidades estratégicas de la compañía.

Además de no invertir en empresas que no son rentables, implementar un verdadero programa de austeridad, no seguir incurriendo en un mayor endeudamiento, reactivar la participación en la inversión privada en exploración y producción de hidrocarburos.

El rescate a Pemex es uno de los protagonistas en el presupuesto de México para 2020, anunciado a inicios de septiembre por el secretario de Hacienda y Crédito Público, Arturo Herrera.

Pemex, que sufre una crisis de deuda y de producción, recibirá el próximo año 86.000 millones de pesos (4.386 millones de dólares), tanto en transferencias directas como en rebajas de impuestos.

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