Nuestra casa habla de nosotros. Expresa cómo somos y cuáles son nuestros gustos, nuestros intereses, nuestras preferencias y nuestras prioridades.  En algún sentido, cada casa es como un retrato sus habitantes. 

Si estamos contentos con nuestra casa significa que estamos cómodos con nuestra vida. Por eso es importante prestar atención y elegir cómo la decoramos.

La decoración es el arte de hacer que un espacio sea atractivo, fácil de utilizar y práctico. Es decir, que el espacio que habitamos  se organice según nuestras necesidades, nuestros gustos y nuestro estilo de vida. 

Hay tantas formas de decorar como personas en el mundo. So hace a la singularidad de cada uno. Es importante respetar el estilo y la manera de vivir que cada familia tiene. Y es a partir de esas particularidades que se debe organizar la decoración de la casa. 

Estos son solo algunos consejos y orientaciones para facilitar la tarea.

1. Inspírese. Tome ideas de aquí y de allá
Para planificar la decoración del hogar lo primero es trata de tener en claro qué nos gusta y qué no. También es bueno saber que estilo preferimos: clásico, moderno, rústico, casual, antiguo. Las posibilidades son infinitas. No hay que desesperar. 

Lo recomendable es informarse, buscar, mirar, aprender, para decidir. Una buena opción es mirar las revistas y webs de decoración. Allí encontraremos infinidad de ideas, opciones, novedades y alternativas que quizás no conocíamos. También podemos buscar inspiración visitando casas de amigos o espacios cuya decoración nos atrae.

2. Organizarse y pensar
Una vez dado el paso anterior y que hemos elegido nuestro estilo para decorar la casa es momento de organizarse y  pensar. Papel y celular en mano, ahora hay que estudiar precios. Es fundamental establecer con qué presupuesto contamos para poder decidir en qué vamos a gastarlo.

3. Lo principal y lo secundario
En esta fase, para organizar la tarea y ordenar el presupuesto es de mucha ayuda dividir la tarea en: lo principal y lo secundario. Lo principal es o que está relacionado a la estructura: pintura, muebles, disposición del espacio, pisos, etc. Lo secundario serían los detalles como adornos, lámparas, cortinas, etc.

De esta forma se puede, según el presupuesto, organizar la decoración por etapas. Así, la casa tendrá una unidad estética, aunque no podamos hacer todo al mismo tiempo. Es como contar con una hoja de ruta que irá organizando nuestros pasos.

4. Los muebles
Llega el momento crucial de elegir los muebles. Los muebles deben ser funcionales, es decir, nos tienen que ser útiles. Así sería ridículo tener una biblioteca si no le interesan los libros ni piensa tener libros. También es importante que sus dimensiones sean adecuadas para el espacio en el que los va a ubicar.

Hay que pensar qué muebles necesita para cada lugar, el comedor, la cocina, el living, las habitaciones y en base a eso hacer la elección. También vale la pena reciclar los muebles que ya tiene y ver que utilidad les puede dar.

5. La luz y el color
La luz y el color son el alma de la casa. Elegir los colores adecuados que nos hagan sentir bien anímicamente es fundamental. Tenemos allí muchas decisiones que tomar: el color de las paredes, el color elegido para los azulejos, las cortinas, fundas de sillones, alfombras, etc.  Un mundo de posibilidades y combinaciones se abre.

El objetivo es conseguir ambientes armónicos que generen bienestar. Para conseguirlo se puede consultar la paleta de colores y observar el efecto que nos causa cada combinación. 

La luz es otra herramienta clave. Por empezar tenemos la luz natural, la luz solar y es importante ver cómo aprovecharla, dependiendo la orientación que tenga nuestra casa. Por otro lado tenemos la luz artificial. Tenemos que pensar qué tipo de luz queremos en cada estancia para dar ese toque mágico que a luz permite.

6. Usar la propia creatividad
Darle nuestro toque personal a nuestra casa es la clave. Para eso hay que confiar en la propia creatividad y darle rienda suelta a la imaginación. Así, permitir que aparezca ese toque único que hará de nuestro hogar nuestro lugar en el mundo.